Dame la S y te doy la B

En su discurso del domingo a la noche el inmerecido Nobel de la paz se dirigió al pueblo norteamericano para darles la cuota de morbo que esperaban, nada más parecido a Big Brother, un falso show mediático, un montaje absurdo de guiones al mejor estilo Hollywood.

El presidente que esperanzó a muchos ingenuos que lo veían con un aire de cambio y renovador, anunció ayer a su nación que su gobierno había asesinado a la mente maestra de los atentados del 9/11. No salí de mi asombro al pensar que hubieran tomado la decisión de asesinar el director de la CIA o al ex presidente Bush. Luego me di cuenta que había entendido mal y una vez más me equivoqué pensando que iba a dar este hombre una noticia verídica, uno nunca pierde la esperanza de que la gente cambie.

El terrorista responsable de la muerte de miles de civiles por supuestos daños colaterales en sus invasiones portadoras de ayuda humanitaria cargó su discurso de una emotiva reflexión. Dijo que lo peor es lo que no vemos, las sillas vacías a la hora de la cena, los niños forzados a crecer sin sus padres o madres, los padres que nunca sentirán el abrazo de sus hijos. Otra vez me volví a confundir al pensar que hablaba sobre las decenas de miles de personas que su gobierno mediante el apoyo a varias dictaduras en el mundo se ha encargado de desaparecer, torturar, etc., durante décadas y no que estaba hablando de las personas caídas en el 9/11 y sus familias.

Se acercan tiempos electorales, el show debe continuar, hay que alimentar el morbo y seguir vendiendo el patriotismo. Las encuestas mandan en la carrera por la reelección y no importa si hay que asesinar terroristas o civiles, o si hay que ser lo suficientemente sádico como para inventar esas muertes y mostrarles en un gran despliegue mediático.

Terrorismo de imperio, terrorismo de estado, terrorismo mediático. Tan solo una letra y un orden de nombre por apellido, escasas diferencias entre los terroristas más grandes del momento quienes seguramente se repartan el poder y las riquezas. 

Hasta me puedo imaginar a Sadam repasando el video de "su" ejecución mientras ríen con Osama, brindando juntos a Obama y a George, tal vez en la misma isla donde se ocultaban Morrison y Elvis, todos brindando por un futuro mejor… para sus familias y amigos.