jueves, septiembre 21, 2006



Desde hace al menos 3 años, fin de semana tras fin de semana, sábados y domingos, llega al Parque Rodó donde improvisa su camerín.
Mientras charla con otros trabajadores del parque, sostiene un cigarro entre sus dedos, despunta el vicio y va pintando su cara, preparando el espectáculo.
Por tan solo unas monedas le pinta la cara a los niños que juegan por allí, llenándo el lugar de colores y risas.
Le robé un instante y lo traje para compartir con todos.

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