LA CULPA ES NUESTRA

Tal cual el título del programa, es nuestra la culpa si sintonizamos el mismo y nos quedamos asistiendo a tan grotesco y escaso de contenido espectáculo televisivo.
Cuando este ciclo comenzó tenía mis esperanzas en ver algo inteligente, renovado, jóven. Me olvidaba que el programa va por un canal abierto, y que más allá de la gran capacidad de Gonzalo Cammarota o de la gracia del Pyñe, hay que respetar los lineamientos del canal.
Me asombra que gente de mi generación, que ha logrado con mucho esfuerzo ganar y ocupar un espacio importante no lo utilice para generar contenidos inteligentes. Nadie habla de contenidos serios, ni de revoluciones, pero si esperaba un una diversión inteligente y no "más de lo mismo".
En reiteradas ocasiones me ha pasado que el primer bloque del programa no es más que una extensión de la pauta publicitaria. Está bien que los auspiciantes son quienes hacen posible el sustento del programa, pero que el contenido de grandes espacios del programa sean principalemente los espacios de los anunciantes parece ya un abuso, sobre todo cuando hablamos de un programa que tiene 4 o 5 bloques.
Por otro lado parece ser cierto que ya está todo inventado y queda muy poco por crear, el desfile de personajes "cómicos" nos recuerda por ejemplo al mago de Cacho De La Cruz, el del famoso "chan chan chan, chara chan chan, chara chan chan, chara chan chan". Tanto hemos desde mi generación criticado la falta de creatividad de Cacho - quien pese a no ser creativo se mantiene hace decadas al aire - y ahora copiamos sus números televisivos intentando hacer una "nueva tele".
Ojo, talvez este sea, perdón seguramente es, un prejuicio mío pues yo parto de la base que gente nueva en la TV, apostaría a generar nuevas cosas y no continuar con la misma linea y el mismo fin de mantener a la gente idiotizada frente a un televisor, mostrándole productos para que consuman, y entregándoles diversión sin inteligencia e información digerida. El problema no es de ellos, pues talvez ellos nunca se propusieron cambiar nada en este medio, sino mío por pensar que lo harían.
No estoy dispuesto a aceptar tampoco este tipo de contenidos por el hecho de que son uruguayos. Muchas veces escuho a la gente decir " y bueno para bancar a unos gallegos haciéndo este programa prefiero apoyar a uno uruguayo". Sinceramente no estoy de acuerdo con ese argumento, voy a consumir producción uruguaya si es buena, pero si apunta a lo mismo que critico desde hace años de las producciones extranjeras, no lo voy a hacer.
Seguiré leyendo los artículos de Gonzalo en las revistas de distribución gratuita y escuchando el Pyñe en la radio, espacios donde me parece se pueden expresar con mayor inteligencia que la que la tele les reclama.
En definitiva el control remoto para cambiar de canal lo tenemos nosotros, para seguir buscando algo potable o para apagar el televisor también, si no lo hacemos no es por responsablidad de los conductores de un programa, de los dueños de un canal, sino que la culpa es nuestra.