Aquel día no fue igual a los demás, en realidad supongo estamos de acuerdo que nunca un día es igual a otro, pero ese fue particularmente distinto, inolvidable para Esteban. Apenas atraveso la puerta del consultorio de la Dra. Guerrero se desarmó sobre el diván, sin mediar más que un -Hola Dra.- y allí quedó, inerte, paralizado.
-Hola Esteban, parece que hoy no te encuentras muy bien - hacía ya varios meses que se conocían y el "Ud." ya no tenía lugar en las palabras de ella -¿Te pasa algo en particular?.
_ Pero que perceptiva que es Ud. doctora; ¡por favor!. "... parece que no te encuentras muy bien..". Hasta el portero del edificio lo ha notado.- Pese a su profesionalismo no dejó de molestarle tan grosera respuesta y hasta el mejor intento por disimularlo fue poco.
_Disculpe, no era mi intención -comenzó a contestar Esteban cuando Cristina hizo un ademán con su mano izquierda, dibujó una mueca en su cara al tiempo que parpadeó, entonces él concluyó sus palabras entendiendo que debía restarle importancia, estaba disculpado.
Cristina sacó del primer estante de una repisa su grabador de mini cassettes - no estaba dispuesta a cambiarlo por un grabador digital de mp3, aún en ciertas cosas modernas no confiaba o temía de su habilidad para llegar a comprenderlas -, luego tomó asiento en su silla interrumpiendo con su silueta la luz que entraba por la ventana, quedando así cubierta de sombra mientras el sol bañaba su espalda. Esteban observó esta escena con un poco de ansiedad hasta que la Dra. pulsó el botón de "rec" y allí él comenzó - pese a que nadie se lo había indicado - con su relato.
-Es que no ha sido un día fácil, en realidad desde la última vez que nos vimos hasta ahora mis tiempos han sido complejos, cada vez más difíciles. La angustia se me ha metido por la sangre como si me hubieran transfundido la de un tipo sin ganas de vivir, y ese no soy yo, ¿o sí?. El martes de mañana encontré su lugar vacío, no seguía allí esperando por mi, como cada día. Incrédulos mis ojos observaban el lugar donde ella se posaba, un sensación de vacío y furia me invadió al instante, la furia duró poco, el vacío creció tanto como el desconsuelo.
Cristina observaba atentamente las manos inquietas de Estaban mientras hacía su relato, su cabeza no paraba de girar hacia un lado y otro como en busca de un horizonte perdido, inalcanzable.
Las palabras fluían de la boca del paciente como si fuera un manantial de agua pura. - Es que no estaba preparado para esto, no podía estarlo, no había forma de estarlo doctora. Para muchos puede parecer algo normal, cotidiano, hasta para mi lo es cuando alguien me cuenta que le ha pasado, pero ahora que soy yo quien lo está viviendo no puedo racionalizarlo, ¡no puedo, no quiero, ¡carajo!.- con cada palabra que pronunciaba sus ojos se cargaban de desconcierto.
- Está bien Esteban, tranquilizáte - sugirió ella - Entiendo que estamos hablando de una pérdida importante para ti, pero debes pensar que sin olvidar podemos igualmente superarla, debemos superarla.
-Pero Cristina, Ud. no entiende...-
-Claro que entiendo, por favor Esteban continúa con calma y te pido no me trates de Ud. - si bien ella entendía la distancia, que por un respeto al título, conservaba Esteban, pensaba que los términos de empatía serían mejores -.
-Está bien, es difícil que logres entenderme. Hicimos muchas cosas juntos, recorrimos muchos caminos, peleamos cuesta arriba para vencer la montaña, nos divertimos con el vértigo de vivir a grandes velocidades. Caminar solo por las mismas calles hoy me hace ver esta ciudad distinta, no tan linda, sus distancias se me hacen más largas. Con su partida se me fueron las horas del reloj, con ella no lograba detener el tiempo obviamente, pero lo vivíamos de otra forma. Me acompañó durante tanto tiempo, atravesamos juntos épocas de tristezas y de grandes alegrías, me vió crecer como persona y siempre estuvo a mi lado. Juntos sufrimos alguna caída de la cual supimos reponernos y seguir adelante. No puedo olvidar como disfrutaba cuando me posaba sobre ella tomándola de los puños. -
- Pero Esteban, ¿que fue lo que pasó?.
- Los detalles no los tengo, pero me la han robado, eso pasó. Hace ya varios días y por más que Ud., perdón, que tu me digas que lo voy a superar hay cuestiones que nunca voy a olvidar y seguramente añoraré.
-Está bien, debes aprender a seguir adelante sin olvidar los buenos momentos que juntos compartieron y aprendiendo de los errores.- Piensa que es muy pronto y no tienes que dar todo por perdido.-
-¡Ya está todo perdido!, lo sé, es demasiado utópico pensar en recuperarla.
-No seas tan duro, de todos modos debes pensar que esto no fue del día a la noche - comenzó la doctora a presentar su teoría sobre la mesa - esto se venía dando desde un tiempo a esta parte y cada vez las diferencias eran mayores entre ustedes, lo hemos hablado. No has hecho mucho por salvar la relación, supongo que será porque en el fondo realmente no querías hacerlo.
-¿Cómo? - preguntó Esteban asombrado.
- Vamos, no me mires así, te lo he dicho varias veces, si no tomabas la iniciativa esto pasaría algún día- la cara de Esteban se iba desfigurando de a poco - pero esta mal que no hayas buscado antes la oportunidad de decirle todo lo que tienes dentro.
- Pero Cristina...
- ¡No!, aguarda un minuto Esteban, esta relación te estaba haciendo daño, demasiado, te tenía estancado y no te permitía ver en ti mismo lo que necesitas. Por eso más allá de la pérdida será bueno para ti, para que te enfrentes a ti mismo y tomes coraje para decidir que es bueno para tu vida, dependerás de ti. Ultimamente estabas dejando que manejara tu vida. Dices que te la han robado y no es así, se robaron ustedes mismos la oportunidad de quererse. Todo lo que sucedió fue porque tu lo permitiste, tienes responsabilidad en esto. Por otro lado, mejor que te haya pasado esto ahora y no luego de casados, ya superarás la pérdida de Silvia y...- Continuaba la Dra. sin poder hacer un pausa con su discurso cuando Esteban intento interrumpirla otra vez y como ella no se detuvo él se levantó impetuoso del diván, se dirigió hacia la puerta y con una irónica sonrisa en la cara la miró. Cristina ya había sellado sus labios sorprendida ante tal impulso de su paciente quien le dijo - Cristina, tanto tiempo de terapia para darme cuenta que mi terapeuta no me entiende , lo lamento, me voy ...- los ojos de ella no daban crédito de lo que estaban viendo y sus oídos se irritaban ante este último desprecio - ...Silvia y yo nos casaremos el próximo mes, de todos modos gracias por tus conceptos...- Cristina sentía que estaba viviendo dentro de una pesadilla inexplicable - ...lo que ha pasado es que la semana pasada me han robado la bicicleta.-
Esa fue la útlima sesión de terapia de Esteban, nunca más volvio. Cristina aún conversa del tema con su analista.
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