lunes, marzo 29, 2010
sábado, marzo 27, 2010
Fábula
Al fondo de la larga y empinada escalera, llegando al primer descanso asomaban por la amplia ventana los anfitriones de la fiesta dándonos la bienvenida.
La casa, antigua, de altos ocupaba toda una esquina, las salas amplias y seguramente muy luminosas durante el día aunque este no era el caso, ya estaba entrada en horas la madrugada del sábado.
Decenas de caras desconocidas, un bullicio más fuerte que el sonido de la música que ambientaba el lugar, cerveza, vino, y más.
Los balcones de esa casa tenían algo especial, acechados por la mirada de la luna y los edificios cercanos, parecían conos del silencio. Estoy casi seguro en esos balcones suspendidos en el aire se detenía el tiempo, dejándonos a los polizones fuera del mundo.
Desde el balcón, divisé la ventana sobre la escalera, una mueca explicó el encanto del lugar, los anfitriones me sonrieron.
Minutos más tarde partí caminando solo en la oscura noche Montevideana, al voltear la mirada, desde la puerta los duendes me saludaron y aquel lugar de místicos personajes se fue esfumando tras de mi.
La casa, antigua, de altos ocupaba toda una esquina, las salas amplias y seguramente muy luminosas durante el día aunque este no era el caso, ya estaba entrada en horas la madrugada del sábado.
Decenas de caras desconocidas, un bullicio más fuerte que el sonido de la música que ambientaba el lugar, cerveza, vino, y más.
Los balcones de esa casa tenían algo especial, acechados por la mirada de la luna y los edificios cercanos, parecían conos del silencio. Estoy casi seguro en esos balcones suspendidos en el aire se detenía el tiempo, dejándonos a los polizones fuera del mundo.
Desde el balcón, divisé la ventana sobre la escalera, una mueca explicó el encanto del lugar, los anfitriones me sonrieron.
Minutos más tarde partí caminando solo en la oscura noche Montevideana, al voltear la mirada, desde la puerta los duendes me saludaron y aquel lugar de místicos personajes se fue esfumando tras de mi.
domingo, marzo 21, 2010
Un papel
Primeras hora del día, apenas nace el domingo en plena noche y yo caminando hacia mi casa me cruzo con un grupo de adolescentes, con toda su ingenuidad a cuestas, cargada de esa transición de niños a jóvenes. Unos bailan en la calle, otros hablan por teléfono al tiempo que unos en grupo, más tranquilos conversan en su cofradía.
Al pasar junto a ellos inevitablemente escucho su conversación: "dale no tengo plata hoy, dame un papel no seas malo".
Con sus apenas 17 y su niñez al desnudo van pidiendo un papel donde perderse, donde fugar, un papel sobre el cual no se escriben historias ni fábulas, uno que los lleva a su viaje.
Un papel, una carta en blanco, el comienzo de un viaje y una fábula de la que difícilmente puedan o quieran escapar.
Al pasar junto a ellos inevitablemente escucho su conversación: "dale no tengo plata hoy, dame un papel no seas malo".
Con sus apenas 17 y su niñez al desnudo van pidiendo un papel donde perderse, donde fugar, un papel sobre el cual no se escriben historias ni fábulas, uno que los lleva a su viaje.
Un papel, una carta en blanco, el comienzo de un viaje y una fábula de la que difícilmente puedan o quieran escapar.
miércoles, marzo 17, 2010
Tripulante
Permítame anular su pregunta,
dejarla inútil con tan vaga respuesta,
no hay ni habrá amos del aire,
el aire es amo de si mismo,
de todo y de todos.
Tan solo hay que intentar conocer su rumbo,
sentir su brisa calma en el rostro,
su viento bravío en el pecho,
su aroma desafiante en nuestras narices,
y aprontar cuerpo y alma para tripularlo.
===========================
Soy tan irreverente que me permití dialogar con Benedetti respecto a una frase suya: "¿quienes serán amos del aire? ¿los pararrayos o los buitres? ¿los helicópteros? ¿los cirros? ¿las golondrinas? ¿las antenas?"
dejarla inútil con tan vaga respuesta,
no hay ni habrá amos del aire,
el aire es amo de si mismo,
de todo y de todos.
Tan solo hay que intentar conocer su rumbo,
sentir su brisa calma en el rostro,
su viento bravío en el pecho,
su aroma desafiante en nuestras narices,
y aprontar cuerpo y alma para tripularlo.
===========================
Soy tan irreverente que me permití dialogar con Benedetti respecto a una frase suya: "¿quienes serán amos del aire? ¿los pararrayos o los buitres? ¿los helicópteros? ¿los cirros? ¿las golondrinas? ¿las antenas?"
jueves, marzo 11, 2010
Poética Lagrimal
Son tan solo gotas de suero,
que brotan por mis ojos
y se escurren suavemente por mi rostro.
Mas cuando lloro en silencio,
si no hay nada que gritar o gemir,
desaparecen los gestos y pierdo la mirada.
Cada gota lleva por dentro un puñal enardecido,
de hoja filosa, que agrieta, quema y corta,
que me va desangrando por dentro.
Cada inocente lágrima en silencio
es triste poética de otro instante en el que voy,
muriendo.
que brotan por mis ojos
y se escurren suavemente por mi rostro.
Mas cuando lloro en silencio,
si no hay nada que gritar o gemir,
desaparecen los gestos y pierdo la mirada.
Cada gota lleva por dentro un puñal enardecido,
de hoja filosa, que agrieta, quema y corta,
que me va desangrando por dentro.
Cada inocente lágrima en silencio
es triste poética de otro instante en el que voy,
muriendo.