Ud. Decide

Ideas Dormidas

Estoy durmiendo o mejor dicho dormitando en la madrugada, tendido boca arriba en la cama, con los ojos cerrados y los oídos atentos a los sonidos de la noche.

De pronto una sucesión de músicas, que no puedo distinguir sin son conocidas o creadas a partir de otras, comienzan a sonar en mi cabeza y una letra carnavalera empieza a surgir llenando cada linea de la melodía. Pienso, ¡que bueno!, tal vez lo puedo aportar como disparador para alguna parte del espectáculo de la murga.

Una vez más me confío en que al otro día al despertar me voy a acordar al menos de la idea principal y lo redactaré para luego compartirlo. Este error lo he cometido una y mil veces desde que comencé a escribir a los 14 años y parece que no quiero aprender de él.

Cada vez que esto sucede pienso que al día siguiente voy a resolverlo poniendo una libretita y una birome en la mesa de luz para anotar las ideas en el momento que me surgen, o que compraré un pequeño grabador de voz, etc. Luego se pasa el empuje y todo vuelve a la noramlidad hasta que llega la próxima idea, tal vez aprenda de mi error algún día o tal vez por el resto de los días esa ideas seguiran siendo dormidas.

Imagenes olvidadas

Está frío, húmedo, es otoño en Montevideo que otra cosa podía esperar.

Salgo caminando hacia el trabajo y la brisa fría me golpea la cara, puteo y sigo caminando. Doy vuelta a la esquina y veo a unos niños con sus moñas y su inocencia a cuestas, entre caras sucias y ojos a medio abrir, van rumbo a la escuela.

Un perro duerme de intruso en el jardín de una casa, en un rincón debajo de una ventana donde el clima parece apiadarse de él más que de un pobre muchacho que duerme en la otra esquina en el escalón de una casa deshabitada.

Poco antes de llegar a la oficina me cruzo con un personaje embutido en un gorro de lana azul, bufanda, y un valioso cargamento bajo su brazo que va dejando puerta por puerta con enorme puntualidad y responsabilidad. Son las noticias y en ellas no está el que dormía en la otra esquina, ya no es novedad.

Entro a la oficina, me saco la campera y la cuelgo sobre el respaldo de la silla, prendo la estufa y me preparo el mate, respiro aliviado, ya estoy a salvo, en mi confortable mundo, ya olvidé esa fría imágen otoñal.

Explotadores-explotados.

Me llegó un correo de la cámara nacional de comercio en la cual se incluye el proyecto de Decreto que se está considerando en la Comisión Asesora en Salud y Seguridad del Trabajo que funciona en la órbita de la Inspección de Trabajo. El mismo refiere al peso máximo que puede levantar un trabajador .

El decreto menciona que actualmente la ley permite que los hombres puedan cargar en tareas repetitivas hasta 55 kg y las mujeres 25 kgs. Se considera que los niños y mujeres embarazadas deberán cargar un kilaje muy inferior a estos. Por lo tanto el Presidente de la República decreta que:

Articulo 1- Cualquiera sea la actividad de que se trate, en ningún caso se admitirá que la carga máxima que podrán levantar y transportar en forma habitual y repetitiva los trabajadores supere los 25 kgs para los hombres y de 10 kgs para las mujeres y menores de edad.

Articulo 2- El presente decreto entrará en vigencia a los 180 días desde su publicación, a efectos de que las empresas puedan adecuarse al mismo.

El correo de la Cámara del Comercio termina solicitándo a los asociados su opinión a la brevedad posible, parece esta redacción demostrar cierto pánico. No se desprende de este llamado que el mismo invite a dar aplausos a esta decisión por la salud de los trabajadores si no más bien a protestar en forma corporativa por esta medida o cualquier otra similar que atente contras los intereses de los patrones del comercio, hombres y mujeres que sufren mucho de dolores en sus espaldas debido al stress que deben de soportar por este tipo de situaciones y a quienes el gobierno no contempla de la misma manera que a los afortunados empleados de estos.

Lamentablemente seguimos viviendo en un sistema donde el intercambio salario por trabajo es muy desparejo, no llegando a la esclavitud explícita pero muy cercano a ello, y quienes durante años han sido defendidos por los gobiernos feudalistas quieren seguir llenando sus bolsillos a costillas de los trabajadores dando lo minimo posible a cambio. Ante estas políticas los explotadores se sienten víctimas, se sienten explotados.

Por otro lado me da para pensar que el gobierno está actuando en favor de los trabajadores y de los más necesitados desde el silencio, con perfíl bajo, los medios no nos lo muestran ni lo van a mostrar para que pensemos que nada se está haciendo. Se podrá estar errando mucho, acertando otro tanto, pero se está trabajando aparentemente por sanar un poco nuestra tan mal tratada sociedad.